Se trata de una actividad grupal, por lo que la comunicación es fundamental.
Hay objetos que no sirven para nada y objetos que sirven para mucho, pero todo lo que compone nuestro juego se puede tocar, manipular o rebuscar dentro. Eso sí, lo único que tenéis que tener siempre presente es la regla de oro de todo escape room: la fuerza no sirve para nada.
Pensad que aunque queramos que sea una experiencia muy realista, no deja de ser un juego y por lo tanto, algo que no se pueda arreglar fácil, rápido y sin dejar marcas para el siguiente grupo, no es el camino correcto. Aunque toda la habitación puede formar parte del juego, nada se esconde por encima del techo, en los enchufes o en los cables que encontréis.
Y nuestro ultimo consejo: ¡Divertíos! estáis aquí para pasar un buen rato y vivir una experiencia de la que vais a ser protagonistas. Es un juego, no importa que pidáis ayuda cuando la necesitéis, solo importa que disfrutéis.